Si alguien me observara desde lejos podrían ver que no soy más que una joven común que no sobresale por su belleza pero que tampoco es fea del todo. quizás si se acercara un poco más podría decir que aunque no soy la más lista no paso por tonta al menos, aunque si quizás sea un poco ingenua. pero, si me conociera, si realmente me conociera, entonces vería que soy toda una maraña de contradicciones.
Quién soy yo realmente? Si me tocara a mi decirlo diría que soy una mujer común, complicada como todas Alguien, que a sus 29 años y aunque parezca difícil de creer ya no tiene metas, ni sueños ni deseos. Me siento como un barco a la deriva que sola va hacía donde le lleva la corriente.
He dejado de soñar, de esperar y de desear pues la vida se ha empeñado en demostrarme que difícilmente las cosas y las personas son lo que esperamos o lo que nosotros deseamos que sean.
En este punto de mi vida, por precoz que pueda parecer hay momentos, quizás demasiados, en los que siento que solo me queda esperar la muerte. Pero también hay momentos en los que pienso que me falta demasiado aún para llegar al final, y anhelo ese final.
Suena triste, lo sé. Sé también que no he pasado por experiencias tan duras o difíciles como otras personas. Quizás simplemente soy muy débil y lo que a la mayoría de las personas apenas les afecta a mi me ha causado heridas que no terminan de cicatrizar.
Si, Realmente es así. La muerte de mis seres queridos, por ejemplo, inevitable parte de la vida de cualquier persona me ha marcado de tal forma, me ha moldeado y me ha permitido percibir por mi misma y de manera tangible lo evanescente que es la existencia humana. Quizás por eso soy tan desapegada a lo materia y por lo mismo tan apegada a aquellos a quienes amo de alguna manera. Quizás por eso me resultan tan valiosas las cosas más simples de la vida que para otros resultan tan intrascendentes, como lo es una noche estrellada, una puesta de sol o el sonido y el olor de la lluvia.
para ser honesta, no es tan solo la vida y las experiencias (pocas o muchas, duras o quizás no tanto) que me han tocado lo que me hace no esperar nada y añorar el final. No, también es la naturaleza humana, lo que veo cada día a mi alrededor, la indignación que me provoca el comportamiento de ciertos individuos, por no generalizar. No, es aún más que esto, es el conjunto de todo, es hacia donde veo que nos dirigimos como humanidad, es esta involución paulatina y constante que observo en todas partes.
Más a pesar de todo lo anterior y dando validez a lo dicho en las primeras lineas de que soy un manojo de contradicciones; debo decir, que aunque todo es cierto siento que miento un poco, pues aunque este es mi sentir la mayor parte del tiempo a veces tengo relámpagos de sueños, sobre todo en los momentos en como ahora estoy escribiendo o cuando lego que verdaderamente me apasiona; entonces, creo que mi vida podría tener algún sentido, que quizás podría ser feliz de alguna forma... Pero, son solo relámpagos de sueños y como estos, penas duran fracciones de segundos y entonces vuelvo a mi realidad y veo lo fútil que es soñar y hacerme ilusiones que difícilmente lleguen algún día a ser realidad.
A veces quisiera una nueva oportunidad, una nueva vida, empezar de cero. En esta nueva vida trataría de apegarme tanto a las personas, de no ser tan ilusa, tan ingenua; trataría de ser más fría, de tal manera que los sucesos no me afectaren tanto. Pero el problema está en que entonces ya no sería yo porque yo soy este manojo de angustias, de añoranzas, de recuerdos, de ausencias, de desesperanza....
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